La llegada del ajedrez a Cuba se remonta justo a la época en que los españoles arriban a la isla en 1492. Para estas fechas, España era una de las principales potencias mundiales en el juego ciencia, además era el primer país que tenía una escuela propia. Sin embargo, por siglos su práctica se centró en la élite con el poder económico. No es hasta el siglo XIX que pasa a tener popularidad entre los criollos durante las guerras de independencia y el afianzamiento de identidad cubana.
Personas prominentes en la historia y su afición por el ajedrez
Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), primer presidente de la República de Cuba en Armas, considerado el Padre de la Patria, hombre de amplia cultura adquirida durante sus estudios en Barcelona y posterior recorrido por Europa. Este patriota cubano realiza una acción de inestimable valor para el desarrollo del ajedrez en Cuba colonial. Lleva a cabo la traducción, del francés al español, de “Las Leyes de Ajedrez”, obra del francés Louis-Charles Mahé de La Bourdonnais, publicado en el periódico “El Redactor” en octubre de 1855.
José Martí- (1853-1895), conocido por el “Apóstol de la Independencia de Cuba” es considerado por Rubén Darío como “El Maestro”, por Alfonso Reyes como “el supremo varón literario”, el mismo a quien Gabriela Mistral consideraba “el hombre más puro de la raza humana” y Ezequiel Martínez Estrada consideró no solo “un héroe” sino además “un santo, un sabio y un mártir”.
José Martí presumiblemente aprende ajedrez en su infancia y posteriormente lo practica durante su estancia en España. Solo se tiene pruebas concretas de su afición por el ajedrez durante su estancia en México. Al llegar a este país en 1875 se encuentra con otros cubanos prominentes. Entre ellos se encontraba Andrés Clemente Vázquez, famoso ajedrecista cubano, que junto con Marqués Sterling eran íntimos amigos de José Martí, y aparte de las peñas literarias coincidían en círculos donde se practicaba el Ajedrez.
Ernesto “Che” Guevara, argentino-cubano (1928-1967), dirigente de la revolución cubana que despierta grandes pasiones en la opinión pública, tanto a favor como en contra, convertido en un símbolo de relevancia mundial. Aprende a jugar ajedrez con apenas 10 años y no dejaría de practicar nunca más y lo estudiaría por siempre.
Su alta responsabilidad dentro del gobierno cubano influyó en el apoyo oficial que desde 1959 recibió este deporte. Su acción fue decisiva para la participación de la delegación cubana en XIV Olimpiada Mundial de Ajedrez de Leipzig e inauguró el Primer Torneo de Ajedrez por equipos entre organismos estatales en 1961, entre otras actividades que propició o apoyó. Respecto al juego ciencia dijo “(…) los países que tienen grandes equipos de ajedrecistas, marchan también a la cabeza del mundo en las esferas más importantes (…)”.
La FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, acrónimo de su nombre en francés: “Fédération Internationale des Échecs”), como reconocimiento a su aporte al desarrollo del ajedrez cubano y latinoamericano, lo incluye en su Libro de Oro y lo nombra “Caballero de la FIDE”.
Grandes maestros
Cuba ha tenido grandes logros en este deporte, entre los que se encuentran dos Campeones Mundiales Juveniles, excelentes resultados en las Olimpíadas y Copas Mundiales, Campeonatos Panamericanos por Equipos e Individual, más de 30 jugadores formados en Cuba se han graduado de Grandes Maestros (GM), incluyendo varias féminas, y casi un centenar de Maestros Internacionales (MI). El principal logro de la historia del ajedrez en Cuba es tener un Campeón Mundial.
El gran orgullo ajedrecístico de la isla, José Raúl Capablanca (1888-1942), fue un niño precoz al conocer reglas del ajedrez a la edad de 4 años. A los 13 se convirtió en el Campeón de Ajedrez en el país en 1901. Perdió solamente 36 partidas de un total de 567 en toda su carrera como jugador. Retuvo el título de campeón del mundo desde el año 1921 al 1927. No recibe el título de GM pues este es instituido en 1950 y no se otorga de forma póstuma, pero sí es considerado como tal.
Otros que han descollado son Leinier Domínguez, Lázaro Bruzón, Walter Arencibia y Yunieski Quesada, entre otros. Previamente se destacaron Jesús Nogueiras, Guillermo García (1953-1990) y Silvino García quien fue el primero en recibir el título de GM, máximo que concede la FIDE.
Simultáneas gigantes
En la isla se han celebrado varias grandes partidas simultáneas de ajedrez con el objetivo siempre de enaltecer el nombre del deporte y el derecho de su práctica por todo el pueblo. Estas majestuosas actividades fueron celebradas en diferentes ciudades del país, con la inclusión de más de miles de tableros y la participación del ex-campeón mundial de ajedrez, Anatoli Karpov y cientos de GM y MI del país, constituyendo, en su momento, récord Guinness o del mundo.
Jugadores callejeros
Resultado de todo este proceso de años y la tradición en la práctica de un deporte tan especial hoy se recogen los frutos, no solo en los excelentes resultados alcanzados a nivel internacional en este deporte, sino su popularidad entre ciudadanos comunes.
Resulta curioso ver por las calles, sentados en cualquier acera, grupos de personas entablando una “partida” amistosa del denominado juego ciencia. Esta curiosa práctica se puede ver sobre todo en trabajadores por cuenta propia como los “bicitaxeros”, llamados así por dedicarse a taxear con turistas y locales en general, usando unas bicicletas preparadas para ese fin. Las características de su trabajo hacen que tengan que estar mucho tiempo esperando por la próxima carrera por lo que en su tiempo libre lo dedican a “echar una partidita”.
¡También se pueden encontrar a aficionados al ajedrez en clubes del juego ciencia, pero en todos estos espacios y como característica propia del criollismo cubano, no es precisamente silencio lo que existe en los lugares de las partidas sino chistes y bullicio, cargado de dicharachos que animan al contrincante y retan a los más capaces!