El Floridita es un uno de los lugares más emblemáticos de Cuba. Ubicado en la esquina de Obispo y Monserrate, posiblemente sea el bar-restaurante más famoso y representativo de la bella capital del Caribe. Se destaca por su excelente coctelería y la exquisitez de sus platos. Confeccionados a base de pescados y mariscos, elaborados por maestros de la culinaria, verdaderos expertos en la cocina internacional y cubana. Tiene el Floridita un sello único.
Es también conocido como “La cuna del daiquirí”. Acrecienta su fama cuando el propio Hemingway lo inmortaliza con su frase:
My mojito in “La Bodeguita”, My daiquiri in “El Floridita”
Parte de historia del Floridita
Abrió sus puertas en 1817 con el nombre de “La Piña de Plata”. Luego lo llamaron “La Florida”. Es en 1910 que se amplía con el área del restaurante hacia la calle Monserrat.
Constantino Ribalaigua Vert, de origen catalán, comienza a trabajar allí en 1914. Primero como mesero y cuatro años más tarde se convierte en dueño. Hay quienes aseguran que Constantino (conocido como “Constante”) fue quien llevó por primera vez a La Habana el daiquiri. Cuentan que esta bebida nació en el interior de Cuba.
En la década de 1930 Hemingway se muda a pocas cuadras del Floridita. Acostumbra a visitar el lugar casi a diario. Bebe allí su daiquiri, especialmente la variante “Papa Doble” creada en su honor. En Cuba se conocía afectuosamente al escritor como “Papa”. Por ello viene el nombre del famoso trago. Incluso cuando se mudó a la Finca Vigía, ubicada en las afueras de La Habana, viajaba habitualmente hasta la capital, solo para beber su daiquiri favorito en el que él llamaba “el mejor bar del mundo”
Decoración y reconocimientos del emblemático restaurante
Por una parte, te comento sobre la decoración del local. Hoy conserva todo el esplendor y exquisitez de los inicios. Estrenada en los años 50 al estilo Regency. Luego se completa convirtiéndose en un homenaje permanente a Hemingway. Se exhiben fotografías del escritor junto a sus amigos, siempre acompañados por un “Papa Doble”. En 1954 se expone el busto realizado en bronce por el artista cubano Fernando Boada. Este es ubicado en el que era su rincón favorito dentro del bar. Finalmente se completa la decoración en 2003. Se coloca una escultura de Hemingway a tamaño real. Esta escultura fue realizada por José Villa Soberón. Se lo ve apoyado sobre la barra y flanqueando la banqueta en la que acostumbraba a sentarse el novelista para tomar su trago favorito.
Dice Soberón que lo representó tal como quisieron los propios trabajadores del famoso bar. De quienes surgió la idea. La imagen se toma de la memoria popular y de muchas fotografías que hoy lo inmortalizan en su postura habitual, vestido informalmente y calzado con sandalias.
Por otra parte, destaco los reconocimientos más significativos. En 1953 la Revista “Esquire” reconocería el Floridita como uno de los 7 bares más famosos del mundo. Y en 1992 se le concede el Premio “Best of the Best Five Star Diamond Award” de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas como el Rey del Daiquirí y Restaurante especializado en pescados y mariscos más representativo.
Tragos del Floridita, muchos honrando a Hemingway
El Floridita es famoso por sus tragos. Entre los tragos principales se encuentran: Havana Especial, Cuba Libre, Presidente, Mojito, Daiquirí Clásico, Daiquirí Rebelde, Daiquirí Mulata, Daiquirí Floridita, Papa Hemingway.
Turismo en el bar-restaurante
Desde la apertura de Cuba al turismo internacional son numerosos los grupos de turistas que pasan diariamente por “El Floridita”. Quizás no siempre lleguen a disfrutar de una deliciosa cena, de los típicos tragos o el especial y refrescante daiquirí. Eso sí, no dejan de hacerse una foto junto a la escultura del famoso escritor. Quien dio mayor fama de la que ya tenía este espléndido lugar.
No dejes de pasar a tomarte una foto en “El Floridita”. También date el gusto de tomarte uno de los mejores Daiquirí del mundo ¡Como lo hiciera el novelita estadounidense en la bella isla del Caribe que lo acogió como un hijo!